“Llamada vocacional de Francisco”
En el año 1206, el Señor ordenó a Francisco, por medio de un sueño, que regresara de Espoleto a Asís, y que esperara aquí hasta que Él le revelase su voluntad (cf. TC 6). Ya en su tierra, Francisco empezó a orar intensamente para poder reconocer la voluntad divina. Para esta oración, iba con afecto preferente a la pequeña iglesia de San Damián, que se encontraba fuera de los muros de la ciudad. Allí había un antiguo y venerable crucifijo. Y este crucifijo habló un día a Francisco y le dijo: «Francisco, vete, repara mi casa, que, como ves, se viene del todo al suelo» (2 Cel 10).
Vocación Franciscana
Según nos sintamos inspirados por el Espíritu, podemos seguir nuestra vocación Franciscana Menor Conventual como hermanos o sacerdotes constituyendo todos juntos nuestra fraternidad donde promovemos los dones y las aptitudes que cada miembro de la comunidad posee con el fin de enriquecer más la persona y por ella a la comunidad fraterna y a la Iglesia.
Requisitos para los interesados en vivir nuestra vida
Franciscana.
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