domingo, 26 de abril de 2015

Pastoral Vocacional OFMCONV.

“Llamada vocacional de Francisco”

En el año 1206, el Señor ordenó a Francisco, por medio de un sueño, que regresara de Espoleto a Asís, y que esperara aquí hasta que Él le revelase su voluntad (cf. TC 6). Ya en su tierra, Francisco empezó a orar intensamente para poder reconocer la voluntad divina. Para esta oración, iba con afecto preferente a la pequeña iglesia de San Damián, que se encontraba fuera de los muros de la ciudad. Allí había un antiguo y venerable crucifijo. Y este crucifijo habló un día a Francisco y le dijo: «Francisco, vete, repara mi casa, que, como ves, se viene del todo al suelo» (2 Cel 10).

Vocación Franciscana

Según nos sintamos inspirados por el Espíritu, podemos seguir nuestra vocación Franciscana Menor Conventual como hermanos o sacerdotes constituyendo todos juntos nuestra fraternidad donde promovemos los dones y las aptitudes que cada miembro de la comunidad posee con el fin de enriquecer más la persona y por ella a la comunidad fraterna y a la Iglesia.
 Requisitos para los interesados en vivir nuestra vida Franciscana.

  1. Sentirse llamado a una entrega radical a Cristo, al servicio de la  Iglesia y lo más pequeños(as) de nuestra sociedad.

 

  2. Haber concluido los estudios secundarios o estar en el último  año.

 

  3.  Edad comprendida entre 18 a 28 años.

 

 4. Gozar de buena salud física y mental.

 

  5. Participar en experiencias eclesiales (parroquiales).

 

¿CREES QUE DIOS TE LLAMA A SER FRANCISCANO?

Características Generales




Características Generales de la Orden de los Frailes Menores Conventuales

La familia de los Frailes Menores Conventuales, históricamente se caracterizó por la “conventualidad”, esto es, valorizar el “convento-fraternidad”, transformándolo en presencia y signo de mediación cultural y del Amor de Dios con su pueblo.


Las expresiones más significativas son los estudios teológicos, las universidades y las bibliotecas. Siguiendo el ejemplo de San Antonio de Padua, de San Buenaventura, Duns Scoto, San Maximiliano María Kolbe, quienes supieron aunar la oración, vida fraterna y el estudio con la predicación del Reino de Dios al pueblo. Se hicieron promotores de las primeras escuelas de teología, respondiendo de este modo a las exigencias de la Iglesia que requería para la predicación la ayuda doctrinal de la teología.


Hoy en día el contacto vivencial con el pueblo de Dios se efectúa por medio de las grandes basílicas, centros de espiritualidad y pastoral; con los centros de prensa, con los estudios teológicos para los laicos y ayuda apostólica a las Iglesias Locales, en las misiones, sobre todo en América Latina y Asia. La espiritualidad de nuestra Orden es Cristocéntrica, o sea, en torno y sintonía total a Jesucristo y además es mariológica, ya que, a lo largo de la historia, la Orden se ha caracterizado por la propagación y defensa al culto de la Inmaculada Concepción, “María, Madre de los Pobres”.
 
La familia de los Frailes Menores Conventuales, históricamente se caracterizó por la “conventualidad”, esto es, valorizar el “convento-fraternidad”, transformándolo en presencia y signo de mediación cultural y del Amor de Dios con su pueblo.


Las expresiones más significativas son los estudios teológicos, las universidades y las bibliotecas. Siguiendo el ejemplo de San Antonio de Padua, de San Buenaventura, Duns Scoto, San Maximiliano María Kolbe, quienes supieron aunar la oración, vida fraterna y el estudio con la predicación del Reino de Dios al pueblo. Se hicieron promotores de las primeras escuelas de teología, respondiendo de este modo a las exigencias de la Iglesia que requería para la predicación la ayuda doctrinal de la teología.


Hoy en día el contacto vivencial con el pueblo de Dios se efectúa por medio de las grandes basílicas, centros de espiritualidad y pastoral; con los centros de prensa, con los estudios teológicos para los laicos y ayuda apostólica a las Iglesias Locales, en las misiones, sobre todo en América Latina y Asia. La espiritualidad de nuestra Orden es Cristocéntrica, o sea, en torno y sintonía total a Jesucristo y además es mariológica, ya que, a lo largo de la historia, la Orden se ha caracterizado por la propagación y defensa al culto de la Inmaculada Concepción, “María, Madre de los Pobres”.

 
FRAILES MENORES CONVENTUALES CUSTODIA MARIA MADRE
 DE LOS POBRES Y DELEGACION DE COSTA RICA. (ARCHIVO)
  

Nuestra Presencia




Nuestra Presencia en Centroamérica


En 1970 llegó Fray Emilio Cook el primer misionero Franciscano Menor Conventual, de la provincia de Nuestra Señora de la Consolación de los Estados Unidos, a Honduras; después le siguieron otros que junto a las vocaciones locales fueron haciendo crecer nuestra misión hasta que en diciembre de 1985 nos constituímos en la Custodia “María, Madre de los Pobres” de Centroamérica.

martes, 14 de abril de 2015



Somos la Orden de los Frailes Menores Conventuales, pertenecientes a la Custodia Centroamericana: “María, Madre de los Pobres”. Nuestra vida está centrada en observar el Santo Evangelio, por medio del cual escogemos vivir en pobreza, obediencia y castidad. Observando estos consejos evangélicos trabajamos y vivimos en fraternidad.

Nuestro Fundador es San Francisco de Asís, que nació y vivió en Italia (1182-1226). En su vida se destaca la sinceridad evangélica: Actitud alegre y libre para seguir a Cristo y, por él, experimentar el misterio de la hermandad con los hombres, mujeres y la creación entera bajo la paternidad de Dios. Fue y sigue siendo el hombre de “Paz y Bien”.

Con el apoyo de Santa Clara de Asís fundó la Segunda Orden (“Damas Pobres”: Monjas contemplativas); y al final de su vida fundó la Orden Franciscana Seglar. Otro regalo del Espíritu Santo a la iglesia por mediación del pobrecillo de Asís.


Nuestro Origen


Entusiasmados por el deseo de “vivir según el Santo Evangelio” (1 Re,1), encarnado en la vida de San Francisco, sus amigos se unieron y optaron por vivir en Comunidad. De este modo nació en 1208 la Fraternidad Franciscana Menor Conventual. Francisco los llamó “Menores”, para ser solidarios con los que en su época ocupaban el último lugar, los “excluidos” de la sociedad.





 

 Nuestra Misión

Es seguir haciendo presente a Cristo por medio de nuestra vida de oración y devoción, en fraternidad, estudio y celo apostólico, evangelizando a todos los hombres y mujeres, con amor preferencial -no exclusivo-, a los “excluidos” de la sociedad para hacerlos partícipes de la alegría del Reino de Dios. Toda actividad misionera de los Frailes, en especial la divulgación del Evangelio con las palabras y el ejemplo personal y comunitario de vida, es con el fin de ser Reino de Dios, en y desde la Iglesia.